¿Cómo nos apoya la música en la educación?

La educación musical nos brinda un acercamiento a todas las artes a través de múltiples encuentros con la historia, con el teatro, con la pintura y con la sensibilidad del ser humano en general.

Esta habilidad de mezclar varias disciplinas artísticas se logra de muchas maneras, desde la puesta en escena de todos los artes.

De una manera muy cercana, las matemáticas y la música se relacionan con los números. La música acerca a los niños a los números y su relación con el tiempo, la forma, la estructura y los contrastes. El sonido que es algo tan cotidiano, nos acerca al mundo matemático; desde la física y la acústica.

Alguien que esté en contacto directo con el aprendizaje de la música en una de sus múltiples facetas, desarrollará capacidades de resolución de problemas de una manera diferente a quienes no están acostumbrados a entrenar la plasticidad del cerebro. Porque al encontrarse con un leguaje totalmente diferente de los lenguajes convencionales, la persona empezará a crear nuevos vínculos neuronales y estos le permitirán utilizar caminos desconocidos hasta ese momento.

Las habilidades blandas que se crean o desarrollan con la música sirven para que el ser pueda entenderse mejor y de esta forma saber como relacionarse con los demás. Dentro de la educación musical hay un proceso que es enfrentarse a un público cuando hacemos una presentación o una puesta en escena; esto confronta a la persona con sus miedos, dudas y la reta a crecer y fortalecer ciertos aspectos de su personalidad.

Inherentemente al aprendizaje de la música, las habilidades corporales empiezan a crecer; el movimiento como herramienta de aprendizaje es además de fundamental, muy didáctico. Con esto las personas que aprenden a tocar un instrumento o a cantar, adquieren una conciencia de su cuerpo importante que les ayuda a fortalecer aspectos como la respiración, la postura corporal y hasta la fonación, aprender a hablar bien.

Aprender música es un reto divertido y nos puede sacar de nuestra zona de confort de una manera tranquila, sin presiones externas. Aprender música es un reto personal, una conversación con uno mismo, una meditación, una entrega a nuestro mundo interior.
La música nos construye desde nuestra voz interior, relaciona nuestros sentidos y los confronta, los reta y a la vez los deleita. La música tiene el poder de transformarnos y de transformar nuestras vidas, si se lo permitimos.
Podemos correr con la suerte de vivirla, sentirla, cantarla, bailarla o tocarla.
Dejar que la música entre en nosotros y nosotros en ella, aprender música es aprender a conocerse uno mismo.